jueves, 23 de mayo de 2013

Malvinas: no hay condiciones para un homenaje compartido

POR FEDERICO LORENZ HISTORIADOR (CONICET – IDES)

La guerra del Atlántico Sur igualó en la muerte a soldados argentinos y británicos. Pero aún falta reparar la situación que los condujo allí.

22/05/13 - 01:46 – Clarin

En noviembre de 1918, al final de la Gran Guerra, el poeta y soldado inglés Siegfried Sassoon escribió el poema “Reconciliación”. En él se dirigía a la madre de un soldado muerto. Le pedía que, parada frente a la tumba de “su héroe”, recordara a los soldados alemanes, “leales y bravos”, y que pensara que muy cerca, tal vez, ante otras cruces “estarían las madres de los hombres que mataron a su hijo”. El poema evoca el duelo compartido, el dolor que iguala a los enemigos.
Frente a las cruces de un cementerio de guerra (como el argentino de Darwin, o el británico en San Carlos) estos pensamientos se agigantan por su nobleza. Recordé el poema al leer la columna publicada en estas páginas (14/5) en la que Gustavo Druetta sostiene que “Malvinas merece un monumento argentino-británico” .
Si bien la muerte iguala a los hombres (en el dolor, en el sinsentido) esa nivelación es ex post: el homenaje no debería borrar las causas de esas muertes, que son históricas. El énfasis en la pérdida ha sido característico del siglo XX, marcado a fuego por las matanzas masivas bajo la forma de guerras y genocidios. El acento en las víctimas, aún cuando se trate de combatientes, calla los motivos de los muertos. Los sobrevivientes trasladan sus expectativas de paz y superación a los caídos.
En cuanto a Malvinas, los testimonios de veteranos de ambos bandos evidencian, en general, respeto por el adversario a partir de la experiencia compartida de la guerra, un mutuo reconocimiento nacido del sacrificio que, aunque vivido en trincheras diferentes, fue común. A veces lo actúan cuando se encuentran por azar de visita en los mismos campos de batalla y los cementerios de la guerra que compartieron.
Pero tanto el reconocimiento como la igualación, individuales y subjetivos, son más difíciles desde una perspectiva histórica y política. Una disputa territorial irresuelta, una dictadura ciega y torpe, produjeron la guerra de Malvinas, que calzó como anillo al dedo al gobierno de Margaret Thatcher, que la forzó y la ganó. Los combatientes de ambos bandos marcharon a las islas con una identidad, con expectativas, orgullosos o a regañadientes, jóvenes y no tan jóvenes, con una historia que la guerra truncó o marcó para siempre. El énfasis en el sacrificio común no debe desdibujar esa realidad histórica.
Los muertos son sagrados. El dolor no tiene nacionalidad. No podemos discutir al respecto. Ese límite embellece el sentimiento ante sus muertes, pero los desdibuja como actores históricos y borra las diferencias.
Por eso, el homenaje compartido solo debería ser posible tras reparar la situación que los mató. Si eso no sucede, el dolor que iguala impide reconocer a los que merecen homenaje y condenar a los responsables de la guerra y de su conducción improvisada.
Niega a los vivos y a los muertos el sentido de su sacrificio en 1982. Sin reparación, el encuentro en el duelo favorece sin querer la impunidad fronteras adentro y afuera. Perpetúa la iniquidad, encarnada en la disputa irresuelta entre Argentina y Gran Bretaña.

lunes, 20 de mayo de 2013

Malvinas: otro cruce con Londres en la ONU

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19/05/13 – Clarin

El Gobierno aprovechó una resolución de la ONU a favor de la autodeterminación de la Polinesia Francesa para renovar su reclamo por la descolonización de las Islas Malvinas. La Cancillería cuestionó la postura del Reino Unido, que el viernes votó en contra de la declaración, avalada por la Argentina.

“La posición del Reino Unido demuestra, una vez más, el doble estándar británico respecto del derecho a la libre determinación de los pueblos”, sostuvo la Cancillería en un comunicado.

En el marco del referéndum que se realizó en Malvinas en marzo, el gobierno británico había llamado a Argentina a respetar la votación en la cual el 98,8% se pronunció a favor de que las islas sigan siendo un territorio británico de ultramar.

Cancillería agregó que Londres “intenta forzar la interpretación del principio de la libre determinación para la cuestión Malvinas cuando las Naciones Unidas no lo consideran aplicable, pero lo niega en contra de los derechos de otros pueblos que exigen su derecho a la autodeterminación.”, concluyó.

viernes, 10 de mayo de 2013

Londres prometió cuidar los derechos de los malvinenses

Lo sostuvo en su discurso ante el Parlamento. Filmus la criticó por “colonialista”.

Puerto Argentino. Los malvinenses votaron hace dos meses. /LORENA LUCCA

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09/05/13 – Clarin

El Reino Unido prometió ayer “proteger” el derecho a la autodeterminación de los habitantes de las Islas Malvinas, según el compromiso anunciado por la reina Isabel II al presentar ante el Parlamento el programa legislativo del gobierno británico para el año en curso.

“Mi gobierno garantizará la seguridad, buena gobernanza y el desarrollo de los territorios de ultramar, incluyendo la protección del derecho de los malvinenses y de los gibraltareños (en referencia a los habitantes del peñón de Gibraltar, en España) a determinar su futuro político”, enfatizó la soberana británica (Ver página 30).

La Argentina y España mantienen diferencias con Londres por la soberanía territorial del archipiélago austral y del enclave en la península ibérica, ambos con presencia del Reino Unido.

Quien salió al cruce del discurso de la monarca fue el titular de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Senadores, el kirchnerista Daniel Filmus, que afirmó que “la reina Isabel no se da cuenta de que estamos en el siglo XXI y sigue fiel a la tradición colonialista del Reino Unido”, al contestar los dichos de la monarca sobre la autodeterminación de los habitantes de las Islas Malvinas.

La reina sigue fiel a la tradición e historia colonialista del Reino Unido, y no se da cuenta de que estamos en el siglo XXI y que los tiempos cambiaron”, criticó Filmus.

El discurso de la monarca británica, de 42 párrafos para un total de 846 palabras, dedicó el párrafo 38 a las cuestiones Malvinas y Gibraltar y fue el primero en los últimos 10 años en los que se mencionó la situación del archipiélago austral. Sus palabras tuvieron lugar casi dos meses después del referéndum realizado en las Malvinas según el cual el 99,8 por ciento de los habitantes votó a favor de mantener el estatus de territorio británico de ultramar, consulta que la Argentina desconoció por tratarse de “población implantada” cuya opinión “no puede afectar la integralidad del territorio de un Estado soberano”.

La Casa Rosada, en consonancia con resoluciones de las Naciones Unidas, insta a Gran Bretaña a dialogar sobre la soberanía insular, propuesta que Londres condiciona a que se haga con la presencia de isleños.