sábado, 2 de abril de 2016

El Libro

Ingleses y argentinos, juntos en un libro sobre Malvinas

A 34 años de la guerra
La fotógrafa Adriana Groisman reunió fotos y testimonios; consiguió 51.000 dólares a través de internet, de donantes de todo el mundo.


“La guerra de las Falklands fue probablemente la única que recordaré o a la que me sentiré físicamente conectado. Cuando era joven, miré con sorpresa y temor el espectáculo de esa guerra. (...) Pienso que esta es una herida que no ha cicatrizado, y que quizás no cicatrice nunca. Sin embargo, tu libro trae alguna esperanza.” La carta de Ro Olufunwa, con remitente de Brighton, UK, fue una de las tantas que le llegaron de ese país a la fotógrafa Adriana Groisman, cuando hizo público, para recaudar fondos a través de la plataforma Kickstarter, el proyecto que le llevó los últimos trece años de su vida: el libro bilingüe Voces de la tempestad, en el que fotos y testimonios exponen las heridas emocionales sufridas por los veteranos de Malvinas, tanto argentinos como británicos, incluyendo las voces de los civiles afectados, es decir, los isleños.
Fueron 302 personas de 30 países, incluyendo a Gran Bretaña y otros países anglófonos, desde Irlanda hasta Nueva Zelanda o Australia, incluso dos malvinenses y gente de lugares tan distantes como Corea o la India, quienes hicieron aportes para la preproducción del libro, una movida que logró recaudar 51.358 dólares. Hasta el museo de Puerto Stanley puso el aviso del “crowfunding” en su página de facebook. “Yo apelé a la idea de que esta guerra es todas las guerras, la universalicé. Incluso chicos de 20 años pusieron plata, a veces 1 dólar”, relata Groisman, argentina, residente en Nueva York, quien se embarcó en este proyecto en 2003, luego de haber participado de una expedición de National Geographic, en 2002, cuyo fin era localizar los restos del crucero ARA General Belgrano, hundido en la guerra. En el mismo barco viajaban dos marinos argentinos y dos británicos, ex tripulantes del submarino Conqueror: uno de ellos vio al crucero por primera vez, el otro apretó el botón que lanzó el segundo torpedo. Groisman, por momentos, tuvo un rol de intérprete entre estos hombres que se habían enfrentado veinte años atrás.
En 2004, la fotógrafa hizo una muestra en el Centro Cultural Recoleta, con fotos de ese viaje, imágenes en blanco y negro del mar, donde no se veía gente ni buques. “Había allí una narrativa metafórica del hundimiento del crucero. La gente dejó mensajes en los que se destacaban las palabras ‘gracias’ y ‘memoria’. Que pudieran correrse de lo político y centrarse en lo humano me pareció fundamental. Vi que ese era el camino para juntar a quienes piensan distinto pero están abiertos al otro”, cuenta Groisman que recibió muchas cartas de soldados británicos.
Ver la guerra desde el punto de vista humano, reunir en un mismo texto a argentinos, británicos e isleños, fue el objetivo rector de Voces de la tempestad. Por eso era fundamental lograr un financiamiento independiente, dice Groisman, quien ahora abre el juego para que sponsors contribuyan a donar 2000 libros a las bibliotecas de todo el país. Ella y Ediciones Lariviere dan el puntapié con los primeros 500. Porque no es un libro barato. Es desmesurado en muchos sentidos, no sólo porque se vuelcan allí los testimonios de 114 entrevistas,  de 4 viajes a Malvinas, e infinidad de documentos, como las últimas cartas de los conscriptos muertos. Es un libro desmesurado por sus 528 páginas y su peso de 5 kilos. “Es un libro incómodo, como lo es juntar posiciones tan diversas”, sostiene la autora. 

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