jueves, 11 de agosto de 2016

Malvinas, el deshielo

Del editor al lector


Desde la guerra sangrienta hasta la suavidad tierna de los ositos Winnie the Pooh, enviados con una cálida dedicatoria por el canciller de la Argentina. Entre esos extremos, todos los gradientes posibles en la política para intentar recuperar las islas Malvinas, que continúan en manos británicas desde 1833.
Durante el régimen kirchnerista, la política fue de endurecimiento completo, que se tradujo en leyes concretas que sancionan hasta las vinculaciones comerciales con empresas que estén operando en las islas. El objetivo explícito fue tratar de obstruir la prospección y explotación de hidrocarburos en la zona y el implícito fue buscar forzar a Gran Bretaña a sentarse a negociar con Argentina.
Hoy publicamos el texto de un mensaje que la nueva premier británica, Theresa May, le envío a Mauricio Macri en el que se revela que hay algunos signos de negociación incipientes. May plantea que se puede llegar a discutir nuevos vuelos a las islas a cambio del levantamiento de las restricciones a las empresas que participen en la exploración de yacimientos petrolíferos en el Atlántico Sur.
Hasta ahora, hay un vuelo semanal desde Punta Arenas (Chile) hasta la capital de las islas. Un vuelo de cada cuatro hace una escala en territorio argentino.

La diplomacia argentina empuja para que haya un vuelo directo de Aerolíneas Argentinas, ya sea desde Buenos Aires o desde otra ciudad del sur. Por el acuerdo de 1971, que desapareció con la guerra de 1982, era LADE la línea que desde Comodoro Rivadavia unía el continente con las Malvinas.

Macri se verá con May en la cumbre del G-20 que se celebrará en China.

Después de la guerra y durante el gobierno de Menem se intentó una política de “seducción” a los isleños, tratando de desmontar las consecuencias de la guerra. Los isleños, por su parte, se convirtieron en ciudadanos británicos plenos, una cuestión central. ¿Por qué? Porque refuerza la idea que la negociación debe ser bilateral con Londres y no tripartita, aunque la opinión (los deseos) de los habitantes en las islas siga teniendo un peso importante.
Malvinas es una rémora del colonialismo británico que tiene una guarnición militar en el Atlántico Sur. Siempre se especuló sobre a quién beneficia los vuelos a las islas, y la conclusión más extendida es que le facilita la vida a los isleños. Desde otro ángulo, volver a negociar cuestiones que acerquen a los isleños al continente, aún cuando no se discuta la soberanía en esta etapa, rompe con la inercia del aislacionismo de las islas y de la rígida posición argentina.

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