miércoles, 21 de septiembre de 2016

Un discurso desencantado que no desencajó


Un discurso desencantado que no desencajó

Clarín – Clarin.com Política Análisis Para quienes esperaban emociones como las que despertaban los discursos de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner en las Naciones Unidas, como las que generan el cine y las novelas, la primera aparición de Mauricio Macri sobre el gran tabló de la Asamblea General puede desencantar pero no desencajar. Básicamente porque sigue la línea de esa intencionalidad política del gobierno de Cambiemos de que la “normalidad” guíe la política exterior argentina sin desafíos o vilipendios. Por cierto, el año pasado, en su último discurso ante la Asamblea de la ONU, Cristina olvidó mencionar la causa Malvinas. Estaba en cambio tan molesta con su par Barack Obama sobre otras cuestiones, que menciono la palabra Estados Unidos literalmente doce veces en un discurso que duró casi dos veces más que el de Macri. La referencia a la cuestión Malvinas que tuvo ayer el Presidente en la ONU forma parte de este formato del ingeniero, aunque valen la pena algunas acotaciones. No es la primera vez que ratifica el reclamo de soberanía sobre el archipiélago como algo “no negociable”. Tampoco es nuevo que su enfoque sobre la cuestión Malvinas busca desandar estos doce años de kirchnerismo. El problema es cómo será y qué conseguirá. La letra del comunicado conjunto entre Argentina Gran Bretaña tras la visita del viceministro Alan Duncan aborda cuestiones tan sensibles a la soberanía como vuelos, pesca, petróleo, navegación y turismo (tierra, habitantes, recursos naturales). Este inflamó los ánimos de opositores y propios al punto que hasta los mismos aliados debieron moderar la ira habitual de la diputada de la Coalición Cívica Elisa Carrió hacia Susana Malcorra, donde ya parece que se trata de algo personal de Lilita contra la Ministra. Al Gobierno de Macri le viene a ocurrir ahora lo mismo que con otros temas de alta sensibilidad. Tiene que volver sobre sí para explicarlo. Y deberá mostrar que lo que se consiga no será poco. Su ventaja igual no es poca. Argentina ya exploró la diplomacia abierta, cerrada, la guerra. La mayoría de los críticos de este acuerdo ignora que, generando la sensación de que batallaban duramente por la soberanía, los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner armaron un verdadero descalabro de resoluciones, pronunciamientos, decretos y leyes, que datan de 2003. Después de ver que tratar de “Okupas” a los isleños no servía, se creó la “amistosa” Secretaría de Malvinas en la Cancillería, para la cual su titular Daniel Filmus y la embajadora Alicia Castro hicieron un curso acelerado sobre historia del conflicto. En algún sentido, pese al innegable apoyo regional del llamado al diálogo de soberanía, la dura y altanera diplomacia británica volvíó a triunfar.
Un discurso desencantado que no desencajó

No hay comentarios: